Lejos nos queda el despertar de nuestras ciudades de cada día.

Hace una media hora que La Rioja extiende su manto de tierra fértil para recibirnos. Parece que hemos venido siguiendo el rio Ebro, recogiendo gentes de sus riberas, desde el mar hasta nuestro destino que es Logroño. Casi 500km de tren.

Si tuviera que describir esta ciudad la llamaría hermosa, por sus colores de primavera , el olor de su aire y el sonido de sus arboles. Recogida, que no pequeña, por el tamaño de sus calles y las agujas góticas y barrocas de sus iglesias. Se podría decir que lo tiene todo a distancia de un paseo.

Los que venimos de grandes ciudades valoramos mucho esas cosas.

La ciudad está unida al Mediterráneo por lo que fue el océano de Tétis hoy yacimiento de fósiles de dinosaurio.

Por ella han pasado romanos y celtas. Disputada por Navarra y Castilla.

Llena de Torres, Torreones,Castillos y Murallas que hablan de su pasado como tierra de caminos y de fronteras medievales.

Sede de juicios a brujas. De eso las enfermeras sabemos, porque es como nos llaman cuando tenemos razón.

La tierra que vió morir a Espartero, general regente que para algunos de nosotros es de mal recuerdo y cuya manera de resolver problemas sociales sigue muy vigente hoy en día.

Calles llenas de historia y significados.

En definitiva tierra de bodegas, iglesias y caminos pero siempre el Ebro, con sus puentes y riberas y el reflejo de la luz de la noche y del día en sus aguas tranquilas.

 

Os esperamos.